En una plaza de Limache, hay un perro muerto... mas los niños juegan a su alrededor, indiferentes, sin percatarse de su muerte. Lo esquivan, saltan sobre él, sin saber que ese perro está muerto. Hay un niño pequeño que lo mira, trata de acercarse pero su madre lo impide. Sin embargo, nadie intenta saber si está sólo durmiendo profundamente o está muerto.
Pasan las horas, comienzan a llegan más y más niños. Este lugar hermoso y antiguo ofrece diversión para niños y grandes, hay unos carritos que se arriendan por algún rato en los que madres y padres con sus hijos recorren la enorme plaza pedaleando, riendo, compartiendo. El perro sigue inmóbil con su carga fúnebre y quieta sobre la gravilla. Las risas inundan cada rincón, provocando una atmósfera familiar y distendida. Un rayo de sol toca el cuerpo inerte del animal, otro perro lo huele y se aleja sin dar muestra de nada.
Lo miro detenidamente, dejo el escaño que me soporta y me acerco, este perro vagabundo sólo dormía, antes de llegar a su lado, se estira y bosteza... será que la muerte sigue rondando mi cabeza... la sigo viendo certera, implacable, cercana...
Pasan las horas, comienzan a llegan más y más niños. Este lugar hermoso y antiguo ofrece diversión para niños y grandes, hay unos carritos que se arriendan por algún rato en los que madres y padres con sus hijos recorren la enorme plaza pedaleando, riendo, compartiendo. El perro sigue inmóbil con su carga fúnebre y quieta sobre la gravilla. Las risas inundan cada rincón, provocando una atmósfera familiar y distendida. Un rayo de sol toca el cuerpo inerte del animal, otro perro lo huele y se aleja sin dar muestra de nada.
Lo miro detenidamente, dejo el escaño que me soporta y me acerco, este perro vagabundo sólo dormía, antes de llegar a su lado, se estira y bosteza... será que la muerte sigue rondando mi cabeza... la sigo viendo certera, implacable, cercana...
5 comentarios:
Precioso relato que dice mucho de tí, me ha encantado, lleno de sensibilidad y realismo, cada vez damos más la espalda a pequeñas criaturas indefensas y desprotegidas sin importarnos su bienestar!!!Gracias porque me ha enternecido mucho mucho!!
Un beso enorme
Mi niña linda: muchas por entender el profundo sentido de este relato. Fue la pena la que me inspiró, el ver tanta indiferencia en las peronas, la falta de amor hacia esos seres que nos brindan día a día el feliz movimiento de su colita.
Un beso enorme,
Mona
finalmente somos un punto insignificante en este mundo, no hay que esperar que los demás nos brinden su ayuda, nos soporten cuando estamos mal, ni que nos festejan cuando estamos bien.
sucede que hay momentos en que nos damos cuenta que realmente estamos solos, pero no lo digo físicamente, sino ante las preguntas que nos planteamos. uno busca seguir un camino, pero ese camino es nuestro sólamente. algunas personas podrán acompañarnos (a veces).....pero ese camino es nuestro y somos nosotros quienen debemos andarlo.
qué tiene que ver lo dicho con tu escrito? buen punto.
...lo insignificante que puede ser alguien, hasta su muerte puede serlo.....hasta puede ser una molestia para los demás...morir.
notable, no?
besitos
Gracias por las fotos de la plaza de Limache, hace harto tiempo que no circulo por ahí, con esa extraña belleza.
Saludos desde Australia.
hermoso relato, yo hace mucho no me daba el tiempo de ir a la plaza, el viernes pasado por cosas del destino fui; ya había olvidado la sensación del aire fresco con un aroma casi perdido en el tiempo que tiene este parque, es un registro que se pierde mientras Limache busca otro sentido.. nada mejor que ir despues del desayuno a sentarse un rato, descanzar, meditar, reflexionar, pensar, observar, dibujar, y un largo etc que podría incluir, pero esta plaza me trae a la luz unos lindos sentimientos por esta ciudad
felicitaciones por tu blog, te invito a dar una vuelta por el mio
un abrazo
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