viernes, 20 de febrero de 2009

Temblores y Chaitén

En mayo del año pasado, el volcán Chaitén hizo erupción, fue tan terrible que hubo que evacuar dos localidades (Chaitén y Futaleufú, al sur hermoso de Chile) hacia Puerto Montt, los habitantes de estos pueblos estaban desolados, y no es para menos, esta erupción tuvo características de catástrofe, se elevó sobre el domo una inmensa nube tóxica quiroplástica que llegó hasta Argentina, con el terrible temor de que precipitara y bajara a más de 400 kilómetros por hora, con su carga tóxica y candente (más de 1.000 grados celsius). Con ese escenario, como si no fuera suficiente, el río que cruzaba Chaitén se salió de su curso, inundando las casa más cercanas, convirtiéndolo practicamente en un pueblo fantasma, sólo quedaron algunos policías, el locutor de la radio local y la inmensa cantidad de animales errantes.
Pasaron varios meses y las personas, albergadas en Puerto Montt, comenzaron a necesitar volver a sus casas, pocas quedaban, la erupción cubrió los pueblos de cenizas, más de 50 cms., que mataron toda vida vegetal existente y mataron miles de animales que no tenían de qué alimentarse, incluso estas personas lloraban por sus mascotas, fue desgarrador verlos por televisión.

El gobierno los indemnizó con un monto mensual, para que pudieran ubicarse, arrendar algún lugar, mandar a los niños al colegio, pero el gran problema que había era que la mayoría de los albergados sólo sabían trabajar la tierra o mantener una cantidad de animales para poder subsistir.

Luego de 9 meses, en los que varios habitantes volvieron poco a poco al pueblo desolado, contra las indicaciones gubernamentales, comenzaron a sentirse miles de temblores, en un principio suaves, pero al avanzar los días muchísimo más fuertes, luego de eso volvió a hacer erupción, esta vez creando un nuevo domo (cráter) por un costado del monte, con el peligro inminente de dejar caer su furia con más energía que la anterior.

Nuevamente, el gobierno les solicitó irse del lugar, pues el peligro de que quede sepultado es claro, encontrándose esta vez con más reticencia, incluso el alcalde estaba en contra de dejarlo. Constitucionalmente, no pueden obligar a ningún ciudadano a dejar su hogar, en eso se han basado los argumentos de los rebeldes.

Cuesta pensar en vivir en un lugar cuya seguridad pende de una nueva explosión, cuesta aceptar dejar todo lo que has juntado en toda una vida. Ellos argumentan además que teniendo en cuenta que el Chaitén no hacía erupción hacía 3.000, era poco probable que volviera a rugir pronto, lo que no tomaron en cuenta, es que este volcán desde que empezó su actividad, no ha dejado de seguir emanando gases y se mantiene una gran nube sobre su cima.

Me resta decir, que lamento enormemente lo sucedido, es un problema difícil de solucionar, pero quedarse ahí es naturalmente, la peor forma de hacerlo. Les deseo toda la suerte del mundo y que sus mentes logren entender el enorme riesgo que implica desentender las sugerencias de los expertos.

2 comentarios:

Mon dijo...

Es triste dejar el hogar, tus pertenencias, tu vida... pero la seguridad en este caso parece tener coherencia...

Espero que encuentren un lugar de las mismas caracteristicas pero libre de peligros.

No conocia la historia.

Besotes guapa!

decisiones para la vida dijo...

Mon querida:

Es tan triste, como no te imaginas. El gobierno va a reconstruir el pueblo a 10 kms., se van a invertir 72 millones de dólares, para re-hacerlo completamente y a pesar de eso hay un 30% de habitantes que no se van a ir al pueblo nuevo...

Besos grandotes,

Mona