Las pinceladas se impregnaron en mi retina, luego de cruzar un largo túnel que me volvía a la realidad citadina. En la ciudad es escasa la posibilidad de ver tan bello escenario, con la plenitud que regala la inmensidad de los valles.
jueves, 30 de abril de 2009
Hojas rojas
Las pinceladas se impregnaron en mi retina, luego de cruzar un largo túnel que me volvía a la realidad citadina. En la ciudad es escasa la posibilidad de ver tan bello escenario, con la plenitud que regala la inmensidad de los valles.
lunes, 27 de abril de 2009
Mi auto-bienvenida
Llevo ya una semana incorporada, a media máquina, a mi querido trabajo, destinada a otra localidad de Santiago, más cerca de mi casa, que cumple con algunas característias que la hacen adorable. Estoy trabajando con dos compañeros que me entienden y no me presionan para nada. En un trabajo como el que desempeño eso es varolable y tranquilizador, debido a que después de 3 meses de licencia médica me ha costado recordar todos los temas que tenía a mi cargo.
Espero con paciencia yo también, volver a tener el lugar que dejé al enfermarme, ese lugar premiado con elogios y palabras de apoyo. A veces es necesario recibir estímulos, recibir el cariño verdadero de quienes te conocieron sana, siempre con la dispocisión para ayudar y lograr una acabada manifestación de mis atributos.
Extrañaba escribir en este sitio, extrañe mucho a mis amigos, con los que retroalimentamos nuestra pasión por las letras, con los que logramos hurgar en sus sentimientos y, por cierto, en los míos también.
Me doy la bienvenida, me doy la oportunidad de reintegrarme y revertir cualquier comentario que podría haber salido de personas que no me conocen y que no hacen más que hacer daño y poner en el tapete situaciones falsas, las que son difíciles de manejar, en resumen, lograr ponerles un tapabocas, que se traguen sus palabras y que tengan que reconocer que no me estaba haciendo la enferma.
viernes, 17 de abril de 2009
Volviendo al mundo
Después de una larga ausencia, luego de un "fuera de servicio" difícil, vuelvo hoy a mi trabajo. Fui a conversar con mi jefa ayer y fue tan linda la recepción de mis compañeros y de ella misma, que me emocioné mucho. No esperaba que hubiera provocado tanta preocupación en ellos, lo cierto es que comprobé, así como con mi familia, que soy querida y que las personas que me rodean me extrañan y me quieren de vuelta sana.
Supe que, durante mi reposo médico, habían habido cambios en la estructura en mi equipo de trabajo, uno de ellos, el más importante, que me habían trasladado a una de las fiscalías de la región mucho más tranquila que las otras, con menos profesionales que atender, más cerca de mi casa, lo que me facilita enormemente el desplazamiento.jueves, 9 de abril de 2009
Camino a Quilpué
Tengo muchas ganas de ver a mis suegros, cuñadas, cuñado, niños y obviamente a la hijita de él. Me siento tan bien acogida, siento tanta preocupación en sus atenciones, crean un ambiente tan agradable que dan ganas de volver. Voy con altas expectativas, con el ánimo de devolver la mano a tanta preocupación. Además, han seguido el transcurso de mi salud con real interés. He recibido muestras de apoyo y saludos de cariño a través de mi amor.
Luego les cuento cómo salió todo, aunque visualizo que será un fin de semana muy entretenido y lleno de cariño.
miércoles, 8 de abril de 2009
Regreso a casa
Luego de un largo "fuera de servicio" mental, he decidido volver a contactarme con el mundo. Primero que nada, agradecer las múltiples muestras de cariño y solidaridad hacia mi persona. La sensibilidad de las personas que amamos las letras logró comprender la dimensión de mi ausencia. Han sido hermosas y sentidas las palabras de apoyo y buena onda, de verdad no esperaba tanto, pido disculpas por haberlos subestimado.
Quiero contarles que he estado bastante enferma, a mi doctora le costó dar con la dosis precisa para mantenerme compensada. De hecho tuvo que internarme en una clínica para poder tener un mejor manejo de los remedios. Me costó mucho volver a este mundo. Gracias a la estadía en ese lugar que, para muchos, podría representar el infierno mismo, para mi fue clarificadora, intensa y, sin duda, una experiencia profunda y fuerte.
Pude darme cuenta de la inmensa cantidad de personas con problemas graves de salud, dejados a su suerte por años y años, constaté la entrega que día a día nos brindaban las enfermeras y auxiliares de ese lugar, pendientes de cada uno de nosotros. Escuché historias espeluznantes, algunas otras tristes, pero la mayoría hablaban de soledad y desesperanza, en algún momento sentí que no pertenecía a ese lugar, que estaba mal usando ese servicio médico. En otros momentos me sentí muy sola, a pesar de que todos los días me visitaba mi familia y mis amigos. En situaciones extremas, como las que me hicieron caer en esa clínica, puedes estar rodeada de miles de personas, pero la soledad se anida en tu ser sin piedad.