
Busqué en mis cosas algo de ropa que se pudiera adecuar para realizar esta actividad física, me encontré con un bolso lleno de ropa deportiva que usaba en los tiempos que iba todos los días al gimnasio, me senté en la cama con el bolso en las piernas y recordé aquella época, era una fanática del deporte, no podía estar un día sin gimnasia, sino iba al gimnasio lo hacía en mi casa. Hacía t

¡¡¡Es tan fácil sendentarizarse!!! y después cuesta tanto retomar el ritmo, recuerdo que era tan flexible que podía poner mis piés afirmando mi cabeza por atrás, abrirme de piernas, tocarme con la rodilla la nariz. Hoy comprobé que esta flexibilidad de va, apenas pude doblarme. Lo bueno fue que me motivó para hacerlo en mi casa, espero ahora sí, poder hacerlo, quedé muy entusiasmada, quizás cómo amaneceré mañana de adolorida, pero no importa, eso me alentará a seguir haciéndolo, es la única manera de que no te duelan los músculos, seguir y seguir...
No hay comentarios:
Publicar un comentario