jueves, 6 de noviembre de 2008

Desalojo

"Un gesto vale más que mil palabras", versa el dicho popular. No cuenta mucho que digas una y mil veces "te amo" a alguien, si con tus actos dices lo contrario. Pequeñas actitudes van formando nuestro mapa emocional de la persona que tenemos al frente, mucho más que sus dichos.

Hace algunos meses, por motivos de desbarajuste económico, decidimos con mi compañero y mis dos hijos dejar nuestro pequeño departamento y trasladarnos al de mi madre, ahorrar con los gastos básicos y así poder, en un futuro cercano, volver a vivir en nuestro hogar todos juntos. De a poco, por un tema práctico, me fui llevando cada vez más cosas mías y de los niños, cosas de él también, pero ocurrió que su estadía en este nuevo hogar se fue transformando, cada día se hace más esporádica, con cualquier excusa se va a dormir a su departamento, arguyendo que pueden entrar a robar, que hay que mantenerlo limpio, que es importante que vean movimiento, etc. Quizás todos estos argumentos son reales, sin embargo, la sensación que me queda es que se está acostumbrando a vivir solo de nuevo y no es capaz de decírmelo.

Mi primer estremecimiento ocurrió cuando me comunicó que vendería el camarote donde dormían mis hijos, acto simbólico, pues sin esa cama no queda ninguna posibilidad para que ellos vuelvan a dormir allí, mi lectura fue: que tus hijos sólo vengan de visita...

Pero hoy ocurrió algo que me dejó muda. En el dormitorio donde dormían los niños había 2 pizarritas donde tenían pinchadas muchas fotos de ellos, mías, de mis otros hijos, de su papá, de su abuelita, pues hoy al entrar a buscar una toalla, me encontré con las fotos apiladas sobre una repisa, mi lectura: tus hijos ya no pertenecen a este lugar, saca todo lo que no debe estar aquí...

Me dio tanta pena, no pude decirle nada, entré al baño con las fotos en la mano y lloré, profusamente, lloré porque me sentí desalojada, sentí que habían echado a la calle a mis niños. Sentí que todo el tiempo que habíamos estado juntos, él sólo los aceptó porque sabía que de otro modo no me iría a vivir con él. Sólo falta que me entregue nuestros cepillos de dientes y uno que otro juguete que ellos dejaron distraídamente por ahí.

No sé cómo plantear lo que me pasa, ya se han acumulado tantas cosas, tantas señales de que ya no me quiere, tantas señales de que mis hijos le molestan, que cualquier cosa que diga será emanada con rencor, rabia y mucho dolor, por su parte, será recibida como un reproche, como una queja. ¿Será este el principio del fin?

5 comentarios:

Luzjuria dijo...

Siempre he pensado que las relaciones tienen fecha de inicio y de vencimiento, al igual que las latas de conservas... la gran diferencia que si vencen las latas las tiras y listo, en el caso de las relaciones vencen de a poco, dejando goteras en el corazón, dejando momentos para el recuerdo... La sensación de vacío es la que duele, el amor entregado, los buenos y malos momentos compartidos... Si necesitas un hombro para llorar, cuenta con el mío. Espero que sea solo una sensacion y no una realidad este "desalojo"

Te quiero manita

decisiones para la vida dijo...

Ufff!!! voy a tener que regalarte una blusa nueva, de tanto llorar en tu hombro ya está desteñida... Gracias manita, me temo que no es sólo una sensación...
Besos y abrazos,
Mona

Don Pepe dijo...

Me sumo a tu sentir, se que debe ser muy dificil, pero mejor vivirlo de una buena vez, pero desde que te conosco, creo que ta han dado un golpe muy bajo y han tocado lo mas importante para ti, y eso no tiene remedio, aunque trate de repararlo.
Fuerza y se que te volveras a parar dignamente...

manu dijo...

sepa disculpar mi demora en contestar...como dije anteriormente...no me actulizaron tus escritos. perdón perdón.

volviendo a lo tuyo....situación difícil si las hay. a veces los hombres no nos comportamos como tales, no nos bancamos decir que nos pasa y esperamos que la otra persona se de cuenta. Eso es crueldad y falta de madurez...hay que hacerse cargo de las cosas.

si una relación termina o continúa...son cosas que siempre sucederán. habrá momentos de felicidad y de tristeza...como todo....

...pero..no es agradable tener que imaginar que le pasa a la otra persona. si tanto nos quiere o tanto nos quiso, que le cuesta decirnos las cosas. por lo menos un dejaría de pensar en eso y se liberaría un poquito.

espero que todo esté mejor.

besitos.

pd: pido disculpas otra vez.

decisiones para la vida dijo...

Manu:
Ahora yo pido disculpas, me tardé mucho en responder a tu comentario, gracias por tus palabras y me entendiste perfectamente, ése es el punto, ¿por qué no hablar? ¿qué cuesta decir?
Besos para ti también,
Mona