miércoles, 6 de agosto de 2008

Amor


Desde el recodo del nacer de mi deseo,
se espigan incipientes tus besos,
acalorando la neblina de los días
nublando el rencor de mis abrazos.

Te huelo, satisfecha de tenerte,
me abandono al dulzor de tus caricias,
me sumerjo en la calidez de tus urgencias,
zozobro,
olvidando el dolor de algunos días.

Ahuyento los saludos amistosos,
ignoro el consejo bien sabido,
arguyo el amor por sobre todo
invocando el placer de tanta historia.

Confío en mi instinto complacido,
recurro a la complicidad de nuestros cuerpos,
al infinito unísono de los orgasmos,
al incansable olor reconocido,
al delicado sabor que nos deleita,
al sinuoso movimiento que se acerca.

Me supongo plácida,
te percibo épico,
nos advierto monorrimos,
nos presumo perpétuos.

3 comentarios:

Don Pepe dijo...

Qu bello y real, da gusto tenerte de vuelta, mis saludos afectuosos para ti

epistolario segun san alvaro dijo...

me encanto el fínal simplemente deicioso

Luzjuria dijo...

Manita, todo lo que nos rodea, todos los que nos rodean son parte del amor,de tu amor. Vivelo hasta que termine.

Te quiero mucho hermanita