lunes, 11 de agosto de 2008

Amor de madre

El fin de semana estuve ordenando miles de papeles amarillos, con ese impregnante olor a guardado, fotos lindas, negativos, etc... y aparecieron cosas muy, pero muy antiguas: escritos en una de esas arcaicas máquinas mecánicas de escribir, en las que no podías equivocarte, en las que cada error era fatal. Mi corazón dio un salto, no me acordaba de lo antiguas que son mis palabras, de lo antiguos que son mis sentires y mis versos. Luego de leerlos, volver a sentir el nacimiento de mi primera hija, la llegada de su menarquia, la separación que más me costó asumir y reflexionar sobre la juventud que me invadía en esos momentos, lo niña que era, decidí mostrárselos a mi mamá. No dijo nada, se quedó muda, me miró por sobre la hoja y sólo una lágrima leve salió del costado de sus ojos, tímidamente. Me preguntó por el autor de esas hojas amarillas, se mostró incrédula al saber que eran originales, escritos por la que tenía al frente hacía más de 25 años. Sorpresivamente, los tomó y se los guardó. Pensé que quería leerlos con más calma, pero no, los escondió y me pidió que no se los mostrara a nadie, porque eran muy valiosos, me ordenó que recopilara todo lo que había escrito, me rogó que no publicara nada en internet (porque alguien me los podía robar) y que ella se encargaría de hacer un libro y publicarlos.
Luego de ese acto maravilloso de amor, no pude más que sonreir y agradecerle infinitamente por valorar de esa manera este gusto por escribir que me acompaña desde muy antiguo y que a ratos se esconde, luego aparece y nuevamente se esconde, si encuentra alguna clase de oposición, simplemente se duerme, pero luego aparece con más fuerza y cada vez menos tímidez.
Luego de este bello acto de fe y valoración filial, he decidido escucharla, por eso retiraré los poemas que están en este blog, hasta nuevo aviso, no vaya a ser cosa que tenga razón y estén frente al próximo premio nacional...

1 comentario:

Luzjuria dijo...

El mayor reconocimiento es el que hizo tu madre. Ella es la mayor jueza que pudes tener. Te quiero mucho hermanita